Un sistema de tracción total es el gran aliciente de compra del MINI Clubman ALL4 2016, que podrá elegirse con las variantes de gasolina “Cooper S”, de 192 CV, y turbodiésel “Cooper SD”, de 190.
Todo bajo control. Las superficies de baja adherencia no tienen secretos para el MINI Clubman ALL4 2016, dotado de un sistema de tracción total, que permite avanzar al coche, incluso en las condiciones de motricidad más críticas. El corazón de esta tecnología lo conforma un embrague multidisco, que envía par motor hacia las ruedas traseras, si fuese necesario, con la ayuda de una bomba electrohidráulica y que funciona en conjunto con el control de estabilidad “DSC”. Este sistema gobierna muchos parámetros, incluidos el ángulo de la dirección, las fuerzas de la aceleración, el par motor o la posición del acelerador. Todo, para que el coche siga la trayectoria más segura. En combinación, puede entrar en juego el control electrónico del diferencial “EDLC”, que optimiza la tracción del coche cuando se es contundente con el acelerador en las salidas de las curvas.
“Cooper S” y “Cooper SD”
¿Qué versiones se benefician del “ALL4”? Dos con prestaciones destacadas, la de gasolina “Cooper S” y la turbodiésel “Cooper SD”, ambos con motores tetracilíndricos, turboalimentados y de 2,0 litros de cilindrada. La primera emplea un propulsor de 192 CV a 5.000 rpm y 280 Nm a 1.250 vueltas, mientras que la segunda recurre a una mecánica de 190 CV a 4.000 rpm y 400 Nm entre 1.750 y 2.500 vueltas. La velocidad máxima y la aceleración de 0 a 100 km/h más destacadas las logra el “Cooper S”, con 225 km/h y 6,9 segundos, respectivamente, si bien el “Cooper SD” se acerca mucho a esas cifras y registra un consumo medio de solo 4,8 litros cada 100 kilómetros.
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