Audi TT Roadster

Conocidas las virtudes del “Coupé”, el Audi TT Roadster es un descapotable vanguardista, que se beneficia de unas mecánicas potentes y una dotación tecnológica sobresaliente.

Texto: J. A. Guzmán

Tan lógico como una ecuación matemática, el estreno del Audi TT Roadster era una simple cuestión de tiempo. Hablamos de la tercera generación del descapotable alemán, un modelo que asume como propios todos los beneficios y mejoras de su hermano el cupé, añadiendo la exclusividad de poder conducir un auténtico deportivo… a cielo abierto. Sin duda, un vehículo apasionante, se mire por donde se mire.

Senda conocida
Estéticamente, el nuevo integrante de la familia Audi recuerda, inevitablemente, a la versión cupé… aunque con algunos matices. Por ejemplo, la presencia de una capota de lona, que se pliega automáticamente hasta una velocidad máxima de 50 km/h, en solo 10 segundos, o la inclusión de los arcos de seguridad de acero, ubicados tras los reposacabezas. Centrándonos en el techo eléctrico retráctil indicar que pesa 39 kilos, tres menos que la generación anterior.

La carrocería se mantiene en 4,18 metros, con una distancia entre ejes de 2,51. También adopta la conocida plataforma modular transversal “MQB”, mientras que el concepto de construcción ligera “Audi Space Frame” (ASF) se percibe en detalles como los 1.320 kilogramos que anuncia en vacío.

“Con el techo plegado se puede mantener una conversación con el acompañante, de manera clara, mientras no se superen las velocidades legales”

Mayor personalización
De los once tonos disponibles el “Roadster” presenta dos nuevos en la gama: el “gris nano” y el “rojo tango”. Asimismo, equipa, de serie, un deflector de aire, que se puede complementar, opcionalmente con un práctico sistema de calefacción para el cuello, o los asientos “deportivos S” calefactables. Otro dispositivo añadido de fábrica, como es tradición en este modelo, es el alerón trasero, que se despliega, automáticamente, al superar los 120 km/h. El catálogo de extras alberga también los faros con tecnología LED “convencionales” o de los avanzados “matrix LED”.

Trío de elegidos
Así las cosas, llega el momento de analizar el apartado mecánico. Tres son las alternativas disponibles, todas turboalimentadas y con arquitectura de cuatro cilindros en línea. En gasolina, la oferta comienza en el 2.0 TFSI de 230 CV, que se puede escoger con tracción delantera o total “quattro”, y con una transmisión manual de seis velocidades o automatizada de doble embrague “S tronic”, con el mismo número de marchas. Sobre dicho propulsor, la versión TTS quattro ofrece más potencia, 310 CV, siempre unido a la tracción total. Respecto a la caja de cambios, también es posible elegir entre las dos anteriormente mencionadas.
La única alternativa turbodiésel está representada por el 2.0 TDI ultra, con una potencia de 184 CV, tracción delantera y cambio manual de seis relaciones.

En nuestra toma de contacto pudimos conducir el Audi TT Roadster 2.0 TFSI 230 CV S tronic y el 2.0 TDI ultra, transmitiéndonos, ambos, unas magníficas sensaciones y unas prestaciones de primer orden. De hecho, el gasolina anuncia una velocidad máxima limitada, electrónicamente, de 250 km/h y acelera de 0 a 100 en apenas 6,2 segundos. Respecto al de ciclo diésel, la velocidad punta es de 237 km/h y detiene el crono, en el 0 a 100, en 7,3 segundos. Por desgracia, para conocer las impresiones del TTS deberá esperar a que protagonice una de nuestras próximas pruebas.

“La imagen del Rodaster recuerda a la versión Coupé aunque con matices, como su capota de lona”

Satisfacción asegurada
El TT Roadster es un vehículo que perdura en la memoria de aquel que lo ha conducido. Al circular descapotado, los ocupantes disfrutan de una buena protección, que permite mantener conversaciones con facilidad, siempre que mantengamos cruceros legales. Por su parte, el representante turbodiésel se posiciona como un vehículo con el que afrontar trayectos de media distancia con una comodidad más que aceptable.

Y si queremos sacar el máximo partido al coche, el control dinámico de la conducción “Audi drive select”, con tres modos de funcionamiento, permite adaptar el coche a nuestros gustos para disfrutar de las curvas. Como no podía ser de otra forma, el control de estabilidad “ESC” ofrece un modo deportivo, así como la posibilidad de desconectarlo por completo.

Tecnología por bandera
El apartado tecnológico fue otro de los que tuvimos ocasión de testar durante nuestra “visita”. Al igual que le sucede a su hermano, el nuevo habitáculo está monopolizado por el revolucionario “Audi virtual cockpit”, una pantalla con un tamaño de 12,3 pulgadas, totalmente digital, que agrupa las funciones del cuadro de instrumentos “tradicional” y la información del sistema de infoentretenimiento “MMI”.

El conductor puede elegir entre dos tipos de visualización, pulsando el mando “View”, incluido en el volante multifunción. En la primera vista, llamada “Infotainment”, el velocímetro y el cuentarrevoluciones pierden protagonismo a favor de las indicaciones del navegador y los distintos menús de los sistemas de sonido, telefonía y radio. El segundo modo, que carece de denominación, podría pasar por un cuadro de instrumentos clásico, albergando dos relojes de tamaño normal, más un menú central, que muestra distintas informaciones.

Espera mínima
Me refiero a la llegada de las primeras unidades a los concesionarios, previstas para comienzos de abril. En todo caso, la gama TT Roadster ya está a la venta, con unos precios que oscilan entre los  44.650 €, en el caso del 2.0 TFSI con 230 CV, y los 62.830, del TTS 2.0 TFSI quattro.