Aunque llega tarde la fiesta de los SUV urbanos, la casa alemana se lanza de lleno con un modelo, Volkswagen T-Cross, que combina personalización, una gama lógica de motores y, lo que es más importante, una habitabilidad líder en su clase.
Me faltarían dedos en las manos para contar la ingente cantidad de modelos que compiten en el nicho urbano de los SUV. Unos todocamino que, salvo honrosas excepciones, dejan atrás por completo aquello de ‘camino’ y luchan por ofrecer una solución estilosa de movilidad para la congestionada urbe.
Y, como no podía ser de otra manera, Volkswagen se apunta a la fiesta con el Volkswagen T-Cross, tarde pero todavía con argumentos fuertes para mantener el atractivo en un segmento casi saturado.
El primero de ellos es el estilo, que aunque no es rompedor sí recoge acentos de su hermano mayor, el Volkswagen T-Roc, y además en una inteligente carrocería que no supera 4,11 metros de longitud. Muestra colores vivos y juveniles, así como paquetes de contraste en naranja y verde para llantas y retrovisores.
Pero destaca la ausencia de otras artimañas para ganarse al público, como el techo a contraste, que no hay ni en opción.
El Volkswagen T-Cross se muestra súper habitable
Dentro ocurre más o menos lo mismo: no hay alardes de diseño (calca los trazos del Volkswagen Polo, del que deriva) y añade color a través de paquetes que elevan sobremanera la calidad percibida. Y es que aquí Volkswagen pincha: no hay ni un solo plástico mullido que nos haga recordar que llevamos un pequeño SUV de la misma familia del exquisito Volkswagen Golf.
Lo combate de dos maneras. La primera, a través de la tecnología, pues ya de serie incorpora un multimedia con pantalla táctil de 8 pulgadas y excelente funcionamiento, a lo que puede sumar (de serie en este acabado Sport) el cuadro de instrumentos digital Active Info Display que, de momento, es algo muy poco común en su clase.
Y que no te preocupen las pantallas, pues inteligentemente Volkswagen ha mantenido numerosos controles físicos facilitando manejo. La ergonomía es intachable.
La segunda es a través de la habitabilidad, un argumento irrefutable del que saca pecho frente a casi todos sus rivales. Su maletero no es el más grande (385 l), pero sí de los más modulable. La banqueta trasera se desplaza longitudinalmente hasta 14 cm, lo que aumenta el espacio de carga hasta 455 litros, 1.281 si abatimos la fila trasera.
¿Qué hace falta más?
Pues tiramos de soluciones reservadas al mercado de comerciales y abatimos el respaldo del copiloto, que autoriza la entrada de cargas de hasta 2,4 metros de longitud, la excusa perfecta para visitar los domingos alguno de esos comercios de decoración.
Además no se viaja nada mal: detrás caben dos adultos de talla media-grande cómodamente. Y es que, de nuevo, inteligentemente, los alemanes han renunciado a la tan de moda línea cupé para dotar de mayor altura a la fila trasera.
Motor equilibrado
La gama crecerá en los próximos meses con un TSI de 150 CV, pero de momento propone opciones equilibradas para todos los gustos. Hay dos TSI de gasolina, siempre 1.0 tricilíndricos, en escalones de 95 y 115 CV, y un diésel TDI de 95 CV como alternativa frugal. De variantes híbridas, eléctricas o a gas natural (como en el SEAT Arona TGI) no anuncia nada.
El pequeño 115 CV es el protagonista de esta prueba. Un motor de sobra conocido en el grupo que, en este compacto, rinde a las mil maravillas. No tiene puntos flacos porque se adapta bien a su definición: el Volkswagen T-Cross es pequeño y ligero, lo justo para que este bloque mueva bien al conjunto, bien aislado y con un consumo verdaderamente reducido. El gasto medio ha sido cercano a 6,5 l/100 km.
Por lo demás, un coche cómodo y rutero que no cansa en trayectos cotidianos (es muy ágil en entornos urbanos) ni en kilométricas rutas (la suspensión prima el confort). Muy Volkswagen: neutro y sin un marcado carácter deportivo, pero ciertamente equilibrado.
Fotos: Paloma Soria
Ficha técnica Volkswagen T-Cross Sport 1.0 TSI 115 CV
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 3 cilindros en línea, turboalimentado |
CILINDRADA | 999 cm3 |
POTENCIA | 115 CV a 5.500 rpm |
PAR MÁXIMO | 200 Nm entre 2.000 y 3.500 rpm |
V. MÁXIMA | 193 km/h |
ACELERACIÓN | 10,2 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 4,9 l/100 km (mixto) |
MEDIDAS | 4.110 / 1.782 / 1.558 mm |
NEUMÁTICOS | 205 / 55 R 17 |
PESO EN VACÍO | 1.250 kg |
MALETERO | 385 – 455 l |
PRECIO | 23.230 € |
GAMA DESDE | 18.990 € |
CUOTA RENTING | 356 €/mes* |
LANZAMIENTO | Enero de 2019 |
Equipamiento Volkswagen T-Cross Sport 1.0 TSI 115 CV
De serie: Frenada de emergencia automática; asistente de mantenimiento de carril; control de ángulo muerto; control de velocidad de crucero adaptativo; asistente de arranque en pendiente; iluminación LED; sensores de luz y lluvia; sensores de parking delanteros y traseros; cámara de visión trasera; selector de modos de conducción; climatizador bizona; cuadro de mandos digital; multimedia con pantalla táctil de 8 pulgadas; Bluetooth; Apple CarPlay y Android Auto y llantas de aleación de 17 pulgadas.
Opciones: Pintura metalizada (475 euros); paquete de diseño de color Verde o Naranja (665 euros); llantas de 18 pulgadas (465 euros); paquete R-Line exterior (1.155 euros); paquete R-Line exterior e interior (2.175 euros); paquete Confort y Tecnología: incluye asistente de aparcamiento automático Park Assist, entrada y arranque sin llave y carga Qi por inducción para móviles (750 euros); asistente de luces de carretera (150 euros); paquete Invierno: incluye asientos delanteros calefactables, eyectores térmicos y advertencia de nivel de líquido limpiaparabrisas (320 euros) y navegador Discover Media (545 euros).