No parar cada dos horas o 200 kilómetros aumenta el riesgo de sufrir un accidente en un 12 % mientras que el tiempo de reacción sube un 100 %.
Se acerca el final de las vacaciones para muchos y, es habitual, estirar el último día al máximo antes de regresar a casa. Muchas veces, estas horas extra que se le sacan al periodo de descanso se hace a expensas de hacer el viaje de regreso ‘del tirón’, sin parar a descansar (algo que habría que hacer cada dos horas o 200 km) y a expensas de llegar muy tarde a casa. Sin embargo, los estudios apuntan a que no hacer esta más que recomendable parada eleva las probabilidades de sufrir un accidente en un 12 %. Pero no solo eso.
Aunque viajemos sentados y cómodos, y no seamos conscientes de ello, un viaje fatiga. Así, tras dos horas de conducción, el tiempo de reacción aumenta un 100 %, la agresividad lo hace en un 66 %, las salidas de vía se incrementan en un 33 % y las distracciones y los errores al volante se elevan en un 62 %. Y, por si fuera poco, bajamos en un 30 % la percepción de las señales.
Eso a nivel cognitivo, pero nuestro cuerpo también sufre alteraciones. Después mucho tiempo en la misma postura nuestro cuerpo se agarrota. Así, las articulaciones se cansan de estar en la misma postura, la espalda se arquea y pueden aparecer dolores en brazos y piernas.
El resultado es que nuestra postura al volante varía y, por tanto, perdemos la visibilidad de los retrovisores, por lo que nuestro control de la carretera será inferior.
Mucho más que una recomendación
Es por esto que, por evidente y repetitivo que resulte, no queda otra que recordar las recomendaciones habituales antes de realizar un viaje:
- Prepara el viaje con antelación, para conocer bien la ruta y evitar dudas sobre las carreteras o desvíos que realizar en plena conducción.
- Para cada dos horas o 200 kilómetros, independientemente de si el viaje se hace de día o de noche y de las condiciones de tráfico que encontremos. Aprovecha para estirar los músculos e ir al baño.
- Mantenerse hidratado, para lo que vale agua o un refresco. Otra opción es el café o bebidas con alto contenido en cafeína o teína que nos ayudarán a mantenernos despiertos, aunque también nos pondrán nerviosos lo que se puede traducir en una mayor irascibilidad al volante.
- Pon música animada, no demasiado acelerada ni ruidosa ni demasiado relajada.
- Mantén el ritmo, que no ten entren las prisas en los últimos kilómetros. Aumentar la velocidad en 20 km/h de media te va a hacer llegar solo unos minutos antes y te juegas un accidente y una multa.