Marihuana y conducción: ¿se puede circular bajo sus efectos donde está despenalizada?

Conducir un coche con marihuana en el cuerpo está prohibido de manera general, pero existe una cierta permisividad en los países que la han legalizado

La marihuana es la droga más consumida en España detrás del alcohol y el tabaco. Los últimos datos oficiales confirman que un 11% de la población reconoce haberla consumido en el último año. El repunte de consumo también se ha notado en los controles de drogas realizados a conductores por la Guardia Civil, con aproximadamente un 9% de los positivos correspondientes a cannabis.

En España, y en el resto de Europa, se aplica la política de tolerancia cero para quien conduce un coche con marihuana en su cuerpo: si se detecta su presencia en el organismo existe sanción, 6 puntos en el carné y 1.000 euros de multa en el caso español, incluso cárcel (de tres a seis meses) si se conduce bajo sus efectos.

Países Bajos: tolerancia cero en la conducción, no en la posesión

Pero, ¿qué sucede en los países o regiones donde la marihuana es legal y está despenalizado su consumo? ¿Hay tolerancia de las autoridades a la hora de conducir? De entrada, no, pero cada zona tiene normas diferentes, en muchos casos bastante tolerantes.

Comenzando por el caso más cercano a España por distancia, los Países Bajos, allí la compra y consumo es legal, aunque debe ser en establecimientos autorizados (coffee shops) y la cantidad a comprar no puede superar los 5 gramos.

No obstante, su presencia en el organismo mientras se conduce está penalizada al igual que sucede en el resto de países de la Unión Europea. La policía holandesa realiza controles de droga para detectar la presencia de marihuana en el cuerpo. Si da positivo, el conductor se enfrenta a la pérdida del carné de conducir y a una elevada multa. Por otro lado, si se lleva en el coche 5 g o menos de marihuana, la policía no sanciona, pero sí que puede incautar la sustancia.

Canadá: límites mínimos en el cuerpo

Canadá fue la primera potencia mundial en legalizar la marihuana a nivel nacional en octubre de 2018. Su legislación es más permisiva que la de Países Bajos, no así en lo referente a la conducción bajo los efectos de esta sustancia, que puede acarrear numerosos problemas.

Su legalización trajo consigo cambios en la normativa de circulación. Así, se penaliza su presencia en el organismo, pero estableciendo unos límites cuantificables mediante el detector de saliva. El conductor que sobrepase los 2 nanogramos (ng) de THC (principio psicoactivo de la sustancia) por ml de sangre y hasta los 5ng, en las dos primeras horas de conducción, se enfrenta a una multa de máximo 1.000 dólares (680 euros).

De esta forma, conducir tras haber fumado marihuana en Canadá está muy perseguido y las autoridades han incrementado los controles en estos 10 primeros meses de despenalización. No obstante, las sanciones económicas son algo menores que en Europa y centradas sólo en las primeras horas de conducción. El límite de posesión, por otro lado, se sitúa en 30 gramos.

Estados Unidos: debate sobre sus efectos al conducir

En Estados Unidos, segundo país consumidor del mundo, por detrás de Israel, la marihuana no está legalizada, pero sí en 10 de sus 50 estados y la capital federal, Washington. Y es en este país donde surgen mayores discrepancias y diferencias sobre penalizar o no la conducción de un vehículo bajo sus efectos.

Probada es la permanencia del THC en el organismo incluso varios días después de haber consumido marihuana, aunque la persona no sienta ningún efecto. Por ello, cinco de los estados, como Colorado, el primero de ellos que legalizó esta droga en 2014, ha establecido un límite en 5 ng por ml de sangre para dar positivo.

Otros estados, como California, prefieren confiar en la perspicacia de sus agentes de tráfico para sancionar al conductor, examinando la conducta del conductor. Por otro lado, varios informes de expertos en drogas o de organismos, como el del departamento de tráfico de Estados Unidos de 2017, concluían que fumar marihuana conlleva menos riesgo de accidente que el consumo de alcohol.

Uruguay: al mismo nivel que el alcohol

El país sudamericano, el primero del mundo que legalizó la marihuana, en diciembre del año 2013, sigue una estricta política de tolerancia cero, al igual que hace con el consumo de alcohol. Meses después de su despenalización, el gobierno uruguayo comenzó con controles de drogas a través de la recogida de muestras de saliva, incluida la marihuana.

El resultado positivo supondrá la retirada del carné de conducir y el pago de una multa. A pesar de legalizar la sustancia y de ser ésta fuente de riqueza para el país, las autoridades recuerdan continuamente a la población sus efectos perjudiciales. La Unidad Nacional de Seguridad Vial (la DGT uruguaya) recomienda no conducir durante las 10 horas siguientes a haber fumado.

Recomendación: cero marihuana al volante

Controversia y normas aparte, en lo que sí parecen coincidir las agencias de tráfico de todo el mundo es en la recomendación de no coger el volante tras haber fumado cannabis. En España, los últimos informes de la DGT apuntan que conducir con marihuana en el cuerpo aumenta el doble el riesgo de sufrir un choque mortal.

Así, estos informes de Tráfico inciden en que el THC provoca efectos nocivos sobre la conducción, como el deterioro psicomotriz. Las reacciones a un imprevisto son más lentas, ojos y boca se deshidratan y la percepción de las distancias se difumina.

El gobierno del estado de Colorado, donde la marihuana es ya un elemento más de la vida cotidiana, recomienda esperar al menos seis horas para conducir si se ha fumado un porro. En caso de que se consumiera en estado líquido o sólido, la espera deberá ser de, al menos, ocho. No obstante, los restos de la sustancia tienen recuerdo y a la larga pueden provocar deterioro físico, como pérdida de reflejos o memoria.