Tras el cambio de gobierno en la alcaldía de la capital llega la gran pregunta, ¿qué sucederá con Madrid Central?
Ya lo dijo Javier Ortega-Smith, candidato de Vox al Ayuntamiento de Madrid, el pasado 26 de mayo tras conocer los resultados electorales que daban la mayoría a la derecha en la capital: “A partir de mañana, se acabó Madrid Central”. Ahora, una vez José Luis Martínez Almeida (PP) ha tomado posesión como alcalde llega la gran pregunta: ¿qué sucederá con Madrid Central?, ¿se podrá eliminar fácilmente?
Madrid Central ha sido probablemente el principal proyecto que llevó a cabo el anterior gobierno liderado por Manuela Carmena (Ahora Madrid, después Más Madrid). Su objetivo era evitar la entrada en la zona centro de los vehículos más contaminantes (vehículos con motores de gasolina y diésel principalmente) para reducir la contaminación.
Polémico desde el principio, con diversas deficiencias en su formulación y denuncias que frenó el proyecto en varias ocasiones antes de que se pusiera en marcha, ha tenido como resultado importantes quejas por parte de las asociaciones empresariales aunque también ha logrado el apoyo de los habitantes de estos barrios.
Y es que, Más Madrid, el partido liderado por Manuela Carmena, se impuso en los distritos Centro y Lavapiés con el 49 % y el 39 % de los votos respectivamente, los principales afectados por la restricción del tráfico.
Respaldo de Europa
Tanto el Partido Popular, liderado por Martínez Almeida, como Ciudadanos, con Begoña Villacís al frente, y Vox, con Ortega-Smith, arremetieron contra este proyecto desde antes de que se iniciaran la campaña electoral. Los tres aludieron a una retirada de esta medida y al regreso de la normalidad de la circulación, en algunos casos admitiendo algún tipo de limitación.
Sin embargo, llegado el momento de cumplir con lo prometido se encuentran que cumplir con sus palabras no resultará tan fácil como esperaban. Sin ir más lejos, Albert Rivera ya dijo ayer que eliminar Madrid Central expondrá a España a una multa por parte de Europa.
Madrid Central es un proyecto de la capital que cumple con la Ordenanza de Movilidad Sostenible de la capital, el anteproyecto de Ley de Cambio Climático que aprobó el Gobierno de Pedro Sánchez el pasado febrero (y que exige zonas de baja contaminación en las ciudades de más de 50.000 habitantes), tiene el apoyo de Bruselas (Karmenu Vella, comisario de Medio Ambiente así lo señaló por carta) y ha ahorrado una multa a Madrid por el incumplimiento de la ley de reducción de emisiones que existe en Europa desde 2010, la cual se recordó a nuestro país en diciembre de 2018 que debía cumplir y sobre lo que ya advirtió de que le podría llevar a nuestro país ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) por no cumplir con los objetivos de calidad del aire por superar las partículas de CO2 y de PM10 (en la actualidad hay 13 países en Europa que han recibido esta advertencia).
La multa está en el aire aunque hay un importante baile de cifras. Hay quien apunta a que este incumplimiento se podría haber traducido en una multa de 500 millones aunque otros apuntan a una muy inferior de algo más de 6 millones.
Cumplir lo prometido
De esta manera, el nuevo gobierno liderado por Martínez Almeida no lo tendrá fácil para revertir Madrid Central por las bravas. Ni siquiera para atenuar su sistema de funcionamiento ya existente.
En primer lugar el gobierno debe aprobar una nueva ordenanza municipal sobre movilidad urbana que acabe con la actual, lo que requiere mayoría absoluta en un pleno muy fragmentado. Posteriormente requiere de un proyecto que contente a las tres partes representantas en el Gobierno, algo que necesitará de muchas negociaciones ante la disparidad de propuestas anunciadas por cada uno de los partidos.
El proyecto requiere superar el filtro del Gobierno de España que, como ya hemos dicho, cuenta con un ambicioso anteproyecto de Ley de Cambio Climático que, entre otras, afecta a las ciudades con más de 50.000 habitantes y en el que se recogen precisamente algunos puntos del actual Madrid Central. Y, finalmente, satisfacer a la Unión Europea, que ya ha dado explícitamente su apoyo a este área sin emisiones del centro de la capital.
Difícil, pero no imposible
Eso no significa que no se pueda cambiar o eliminar Madrid Central. Son muchos los pliegos que cumplir pero no resulta imposible. Solo tendría que presentar un proyecto que pueda rebajar las emisiones en la capital en el mismo grado que lo hace el área restringida del centro. Y no es la primera vez que lo intenta.
De hecho, fueron las sucesivas alcaldías del Partido Popular las primeras que implementaron reformas para reducir el tráfico en la capital de España. Fueron los que introdujeron los parquímetros en el interior de la M-30 y los que crearon los APR (Áreas de Prioridad Residencial) en los barrios de Embajadores, Cortes, Letras y Opera (donde solo pueden circular los residentes mientras que el resto del tráfico está prohibido), al mismo tiempo que fueron quienes pusieron en marcha la peatonalizaron Sol y de diversas calles del centro.
Es precisamente por aquí por donde irían los planes del Partido Popular. Ana Botella, regidora del ayuntamiento antes de la llegada de Manuela Carmena, ya ideó un plan similar al de Madrid Central, aunque sin ser tan restrictivo en el acceso de vehículos a las zonas afectadas y dejando libre circulación en las calles de Gran Vía y San Bernardo, dos de las principales arterias de tránsito de la capital.
El problema que encontrará Martínez Almeida estriba en que Gran Vía ha reducido el número de carriles para el tráfico ordinario a solo dos por sentido tras ensanchar las aceras.
Visto lo visto, acabar con Madrid Central, tal y como anunció Ortega-Smith o propusieron en campaña los tres partidos ahora en el Gobierno, será una tarea compleja. Pero no imposible.