Las nuevas generaciones no se sacan el carnet de conducir a los 18, esperan a necesitarlo.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha realizado un informe en el que se puede observar cómo se ha reducido el número de carnets de conducir obtenidos cada año. Las personas de menor edad no tienen la misma ilusión y motivación para obtener la licencia administrativa de conducción, que hace 10 años. El carné de conducir ha dejado de ser una prioridad para los más jóvenes.
Esto muestra la importancia de los nuevos modelos de movilidad donde la mayoría no requieren de la aprobación de la administración para ser utilizados. Además la mejora de los transportes públicos y colectivos unido la urbanización de la sociedad contribuyen a este descenso.
La demografía, una causa
La DGT también encuentra como factor determinante del descenso en el número de carnets de conducir, la bajada de las tasas de natalidad. El número de jóvenes es menor, en consecuencia hay menos candidatos a sacarse el permiso.
Los nuevos estilos de vida de los jóvenes y su poder adquisitivo también influyen de forma notable.Las personas más jóvenes disponen de nuevas maneras de salir de la ciudad. Cuando esta necesidad llega disfrutan de nuevas fórmulas de transporte o de alguna herramienta de transporte colectivo que les permitirá llegar. Plataformas de economía colaborativa hacen que la necesidad del carnet de conducir para viajar haya disminuido.
Los costes de adquisición y mantenimiento de un vehículo son realmente altos para una persona joven. Por tanto, prefieren “invertir” su dinero en dispositivos tecnológicos. Por ejemplo, un Smartphone de última generación.
Los conductores noveles, cada vez son mayores
El cambio más significativo es el de la edad a la que se obtiene el carnet de conducir, ahora son mucho más mayores. Este fenómeno se asocia con la formación de una familia o necesidades de desplazamiento laboral fuera de la ciudad en la que se reside.
Hace unas décadas conducir significaba independencia, ahora significa cumplir con unas obligaciones. Los intereses en la forma de propiedad de los jóvenes así lo revelan. La mayor parte de los miembros de las nuevas generaciones no desean tener un coche en propiedad.
Si bien es cierto que ha existido una caída de un 50 % en el número de nuevos carnets de conducir, también lo es que todavía se percibe como algo necesario para formar una familia. Estamos ante un cambio de comportamiento de la sociedad en conjunto.