Las administraciones mantienen sus compras de modelos diésel a pesar de apostar por los coches eléctricos.
El coto al combustible diésel que se ha puesto por parte de las administraciones no cesa, una decisión política se materializa con la incorporación de nuevos impuestos al gasóleo. Sin embargo, al analizar los vehículos que pertenecen al gobierno y las instituciones del Estado encontramos que no cumplen con el ejemplo. El Parque Móvil del Estado se compone de un total de 10.421 vehículos. Y solo 1 % de los coches son eléctricos, mientras que los híbridos no llegan al 5 % del total.
De los 10.421 vehículos registrados a cargo del estado sólo 112 son eléctricos (1 %). Si ampliamos las mitas a los vehículos híbridos vemos que hay censados 499 unidades (5 %). Lejos de las etiquetas 0 y ECO de la DGT, los gasolina son 2.473 unidades (menos de un 15 % de la flota oficial). Los vehículos diésel son 7.337 vehículos, suponiendo el 70,4 % del total de vehículos del parque móvil. El resto son comerciales y camiones.
Achacable a la edad
Podríamos decir que se trata de un trasvase lento que requiere tiempo para lograr una transformación. Sin embargo, eso no es tan así. El Ministerio del Interior adquirió 249 SEAT León para la Guardia Civil de Tráfico, todos ellos de combustible diésel, a los que se han de sumar nuevas unidades del Jeep Compass, Citroën C4 Space Tourer y Alfa Romeo Stelvio, todos de ciclo diésel.
A este error de concepto se podría sumar la edad creciente del parque móvil de vehículos que dependen del estado y las quejas surgidas desde algunos ámbitos que hablan del mal mantenimiento de los vehículos estatales.
Real Decreto para una nueva movilidad
Hace unas semanas, el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto por el que promovía el nuevo Plan Moves, programa de incentivos a la movilidad eficiente y sostenible, con el el objetivo de impulsar la compra de vehículos eléctricos.
Este plan se dotará de 45 millones de euros para ayudas en la compra de vehículos eléctricos, la instalación de infraestructuras de recarga y la implantación de un sistema de crédito para la compra de bicicletas eléctricas. Estas estaría destinados a coches, comerciales, industriales y motos, y se podrán beneficiar los que equipen mecánicas de hidrógeno, eléctricos, híbridos, híbridos enchufables, GNC y GLP. En cuanto a la cuantía de las ayudas, la cantidad máxima de la que se puede beneficiar el comprador es de 6.500 euros, de los que 1.000 euros serían aportados por el fabricante y el concesionario.
La industria opina
La Industria del automóvil todavía no tiene la tecnología completamente desarrollada ni implantada para un completo desembarco del vehículo eléctrico. Nuestros puntos de carga todavía son muy lentos y costosos. En España hay veintiséis millones de coches, cada uno necesitaría su cargador con un coste superior a los 1.000 euros en el mejor de los casos. La multiplicación es sencilla para saber que es imposible que con 45 millones de euros sustituyamos el parque.
Por otra parte, estaría el espacio necesario para instalar los puntos de carga, puesto que no todos los ciudadanos de nuestro país tienen una plaza de garaje. Todo ello suponiendo que se instalen cargadores de “carga en destino”, de los que tardan ocho horas o más en cargar por completo el coche. Y eso por no hablar de los wallbox o los enchufes de carga rápida, que aumentan su coste.