La DGT quiere rebajar la velocidad máxima de nuestras ciudades a 30 km/h antes de las elecciones.
El próximo 28 de abril tendrán lugar las próximas elecciones generales. Las cámaras ya se han disuelto y los políticos ya han iniciado una frenética campaña electoral. Pero el país no ha parado y se siguen tomando decisiones importantes. El Gobierno de Pedro Sánchez se mantiene en funciones y lo hará hasta que el próximo tome posesión. Y, como tal, tiene capacidad de decisión. Así, uno de los temas calientes sobre los que podría tomar una decisión antes de las elecciones es la rebaja de la velocidad máxima en las ciudades a 30 km/h.
El objetivo, según ha transmitido el director de la DGT Pere Navarro en una entrevista a Europa Press, es que se apruebe por decreto ley. Aunque este trámite no es tan sencillo como pretende. Y no lo tiene tan fácil como presupone.
Según ha trascendido, esta propuesta está ya en el Ministerio del Interior y, posteriormente, tiene que pasar un proceso de consulta a otros ministerios.
La propuesta definitiva se tendrá que someter al consejo de Estado.
Rebaja de las víctimas mortales
Navarro entiende que para reducir el número de víctimas mortales es necesario rebajar la velocidad de nuestras carreteras. Las de las ciudades incluidas.
Por ello quiere tomar como ejemplo la ordenanza de movilidad del Ayuntamiento de Madrid que ya ha impuesto el límite de 30 km/h en buena parte de las calles de la capital.
El director de la DGT entiende que en la mayoría de nuestras ciudades, el límite de las calles es de 50 km/h con excepciones limitadas a 30km/h, y pretende hacer que la nueva normativa sea la contraria, que el límite genérico sea de 30 km/h y que, de forma excepcional, se eleve a los 50 km/h.
“En la seguridad vial, lo que mata es la velocidad, agrava las consecuencias de cualquier accidente”.
El presidente de la DGT está muy sensibilizado con los excesos de velocidad: “En la seguridad vial, lo que mata es la velocidad, agrava las consecuencias de cualquier accidente”.
Ahora solo queda por ver si esta propuesta pasa el filtro del Consejo de Estado y, posteriormente, da tiempo a tramitarla como Decreto Ley, fórmula que Sánchez está aprovechando para sacar adelante sus planes ante la minoría parlamentaria en la que se encuentra su partido.