La cruzada contra los motores diésel es más que patente. Desde la penalización económica del carburante, hasta su ubicación en el epicentro del problema que supone la mala calidad del aire en las grandes urbes. Se demuestra que los coches con motores alimentados por gasóleo pasan por el peor momento de su popularidad. Si estás pensando en comprar un coche de segunda mano, olvídate de escoger estos motores diésel.
Pero no por ello debemos creer que es el fin de los coches diésel. El auge por los coches híbridos como sustitutos de los diésel, es una realidad que confirmamos tras conocer los informes de ventas del recién acabado año 2018. Además de la reducción significativa en el uso de carburante de los motores de gasolina. Todo parece relegar a los motores diésel de la primera opción de compra a la última. Pero esto no es así en el mercado de segunda mano.
Los diésel anteriores a 2006
Como siempre, el mejor vehículo que uno puede comprar es el que mejor se ajuste a sus necesidades. Y los coches diésel han demostrado que pueden tener su compra justificada cuando satisfacen las exigencias de un usuario al que, económicamente, le rente la adquisición de un automóvil diésel.
Por eso, comprar un coche diésel de segunda mano puede ser aún una alternativa interesante e, incluso, un movimiento estratégico de ahorro. Sobre todo si pensamos en los coches diésel sin etiqueta DGT. Unos turismos que, bajo el prisma de la normativa ambiental actual, tienen su sitio fuera de las grandes ciudades… a menor precio.
De inicio, la DGT excluye en su etiquetado a cualquier coche diésel matriculado antes de enero de 2006. A partir de esa fecha, los automóviles de gasóleo que cumplan los parámetros de la norma diesel Euro 4, dispondrán del etiquetado con el distintivo amarillo y letra B.
Estos coches anteriores a enero de 2006 tienen el gran problema en la prohibición de entrada a determinadas ciudades cuando, según sus protocolos medioambientales, se activan los diferentes niveles. Es el caso de ciudades como Madrid.
Esto significa que gran cantidad de usuarios de estos estos automóviles de gasóleo previos a 2006 ven en ellos un lastre. Coches que tienen limitado su radio de acción y que, inexorablemente, acabarán deshaciéndose de ellos destinándolos al mercado de segunda mano.
Debido a un hipotético alto volumen de oferta de coches diésel anteriores a enero de 2006, nos podemos encontrar una situación que pudiera derivar en una fuerte competencia. Y, por ende, en precios muy competitivos entre vehículos similares.
El futuro de los diésel Euro 6
Por otro lado, hemos hablado de los casi desahuciados coches diésel sin pegatina, y por otro, abordaremos los coches diésel Euro 6 con etiqueta C.
Este grupo goza de una pegatina más saludable, su color verde maquilla su condición de automóviles con motor de combustión de cara a las autoridades ambientales. A la espera de la condena a muerte que supondrá la prohibición de su venta en décadas futuras, su lucha contra los híbridos con pegatina ECO está perdida.
La inclusión dentro de la etiqueta ECO de automóviles diésel, gracias a portar un sistema de hibridación ligera o mild-hybrid, ha dado aire a los fabricantes en estos momentos de transición. Y también a los compradores de coches nuevos que han visto en el mercado una oferta de coches diésel híbridos y con pegatina ECO.
Esto deja a los coches diésel Euro 6 nuevos en vías de extinción, cuyo paso intermedio será el mercado de segunda mano.
Los automóviles que cumplen la normativa diésel Euro 6 son aquellos matriculados desde enero de 2014. Coches con etiqueta C y que ya, con un lustro de vida, pueden empezar a acabar expuestos en páginas o concesionarios de venta de coches usados.
Estos vehículos pueden ser mucho más interesantes, actualmente, que los diésel sin pegatina. Aunque de momento ni la etiqueta B ni C suponen elevados privilegios, al menos estos coches sí podrían circular en los días de alta contaminación. Sobre todo frente a aquellos que carezcan de cualquier distintivo como los que fueron matriculados antes de enero de 2006.