Texto: Eduardo Lausín // Fotos: Paloma Soria
Hace ya tiempo que los SUV dejaron de ser vehículos pensados para un uso esporádico fuera del asfalto. Y no se me ocurre mejor ejemplo para corroborarlo que las versiones deportivas del Alfa Romeo Stelvio y del Mercedes-AMG GLC 63 Coupé que aquí enfrentamos. ¡Bendita incongruencia!
Esto es lo que pienso al bajarme del Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio. Es italiano hasta la médula. Tanto que engancha. Y hablo de incongruencia porque el sentido racional de crear un todocamino sobre la base del Alfa Romeo Giulia para, después, aplicarle todos los elementos deportivos de la gama QV desaparece. Y para rizar el rizo es el primer modelo de estas características en la historia de la firma del biscione.
Déjeme ponerle al día: motor V6 biturbo de desarrollo conjunto con Ferrari, chasis adaptativo, frenos cerámicos en opción… El bloque 2.9 es una de las últimas joyas de la fábrica milanesa. Jamás parece agotarse. Disimula perfectamente su arquitectura turboalimentado y estira sus 510 CV de potencia hasta la parte alta del cuentavueltas con la misma garra que desde abajo… o mejor, porque nos regala una melodía cada vez más ronca y adictiva, poco habitual en un segmento tan ‘correcto’ como este.
Una sola pega
El apartado mecánico, el Alfa Romeo Stelvio tiene una sola pega: una caja de cambios a la que le falta algo de reactividad en reducciones. Una pena, puesto que los modos de conducción de los que dispone modifican notablemente la acción de la transmisión, convirtiendo una caja de deliciosos cambios en una violenta devoradora de engranajes sobre la que actuar desde unas enormes levas fijas tras el volante.
La rapidez de la que le hablo la consigue un modo RACE que, además, relaja las ayudas electrónicas, que ya de por sí pasan desapercibidas. El ritmo puede ser endiabladamente alto. Y es que la puesta a punto del chasis es más propia de un deportivo que de un SUV ‘con pintas’. La dirección es absolutamente exquisita, porque a nadie le importa que su radio de giro se asemeje al de una limusina, claro.
La suspensión adaptativa del Alfa Romeo Stelvio dispone de tres niveles de dureza, desde el más blando y cómodo, hasta el más seco y enfocado a los circuitos mientras que el sistema de frenado acude a una bomba eléctrica (algo falta de tacto) capaz de aumentar la capacidad de deceleración. Si se queda corto, que lo hará en jornadas de circuito (roza las dos toneladas en vacío), hay disponible un equipo cerámico en opción.
El coco alemán
La pasión italiana pronto se acaba cuando veo aparecer el Mercedes-AMG GLC 63 Coupé, su criptonita. No se me ocurre mejor rival para el recién llegado Alfa Romero Stelvio que uno de los SUV más exitosos de la fábrica alemana en su variante cupé. Y, seamos claros, el de la estrella ya tiene buena parte de la batalla ganada con una gama todavía más amplia: su variante no cupé no solo es más práctica, también considerablemente más asequible. Además, existe una especificación ‘S’ con una potencia superior, exactamente los mismos 510 CV del italiano.
Efectivamente, con 476 CV el Mercedes-AMG GLC 63 es menos potente, aunque no por ello mucho más lento. El verdadero atractivo del Mercedes-Benz es la mecánica V8 que esconde bajo el capó, un motor de 4,0 litros doblemente sobrealimentado que destaca una faceta en concreto: su extrema rapidez para subir de vueltas. Resulta tremendamente reactivo a cualquier régimen.
A pesar de no equipar un sistema de escape deportivo Performance de la gama de opcionales, del V8 emana un sonido grave desde bajas vueltas, hasta quedar embelesados en el alto régimen.
En el Mercedes-AMG GLC, la caja de cambios, también automática de nueve relaciones, frente a las ocho de su competidor, trabaja de forma rápida y efectiva, mejor en reducciones, lo que permite perfeccionar todavía más la deceleraciones.
Mejora en confort
Esto me lleva a hablarle de una parte del chasis no tan perfecta como la del Alfa Romeo Stelvio, y déjeme explicarme. El Mercedes-AMG GLC 63 equipa de serie un sistema neumático de suspensión que no logra la misma eficacia y, sobre todo, la misma precisión que el otro. A cambio, el confort es mayor, y además elimina la sensación de flotabilidad propia de este tipo de filtrado.
Es una alternativa probablemente mejor para las grandes distancias. Del mismo modo, la dirección no es tan precisa en el alemán, no parece estar tan conectada a nosotros. Aunque sí es más cómoda en uso cotidiano, sencillamente porque el coche gira más.
Tracción absoluta
En cualquier caso, el Mercedes-AMG GLC es rápido y eficaz en curva, también con diferentes modos de conducción capaces de relajar las ayudas electrónicas. Por fortuna tanto en uno como en otro la tracción total de serie es un elemento que pone todo en orden cuando pisamos más de la cuenta el pedal derecho.
En condiciones normales envían más par a las ruedas traseras, pero cuando el sistema detecta pérdidas de adherencia conecta rápidamente el eje delantero para, entre otras cosas, conseguir la máxima aceleración: cualquiera de los dos realiza el 0 a 100 km/h en el entorno de los 4 segundos.
En este apartado el Alfa Romeo Stelvio vuelve a sobresalir, un vehículo que no duda en deslizar su eje trasero en la salida de las curvas si verdaderamente nos lo proponemos, a diferencia del más sesudo y racional Mercedes-AMG GLC, quien parece tener todo siempre bajo un control absoluto.
Momento de desmelenarse
Sin embargo, la racionalidad del teutón acaba aquí, puesto que su perfil cupé enreda todavía más las cosas. Si crear un SUV con prestaciones de deportivo es cuanto menos cuestionable, desde el punto de vista más pragmático posible, darle un formato cupé es poco menos que un atrevimiento. Este tipo de carrocería está de moda, que se lo digan a BMW , que por cierto, no tiene representación comparable en este segmento… todavía.
Dentro el Mercedes-AMG GLC 63 es un vehículo de aspecto vanguardista, moderno, con infinitas cesiones a la personalización. Su falla es una habitabilidad trasera perjudicada por unas formas del techo caprichosas que limitan la altura para la cabeza.
Este problema lo elimina casi en su totalidad del Alfa Romeo, que a pesar de unas líneas también inspiradas en el clásico formato cupé, resuelve mejor el interior en prácticamente cualquiera de los sentidos. Es más habitable, declara mayor maletero (525 litros frente a los 500 del Mercedes-AMG). Y además remata mejor todavía un salpicadero sólido cargado de materiales mullidos.
Cuestiones ecuménicas
Para terminar, vayamos a los precios. El Stelvio Quadrifoglio tiene una tarifa mínima de 104.000 €, cifra que nos asegura un completísimo equipamiento que da lugar a pocas opciones. Por contra, el Mercedes-AMG GLC arranca en 113.600 € con todavía demasiados elementos en el catálogo de opcionales.
Ficha Técnica Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio
| TIPO DE MOTOR | Gasolina, 6 cilindros en V, biturbo |
| CILINDRADA | 2.891 cm3 |
| POTENCIA | 510 CV a 6.500 rpm |
| PAR MÁXIMO | 600 Nm entre 2.500 y 5.000 rpm |
| V. MÁXIMA | 283 km/h |
| ACELERACIÓN | 3,8 s (0 a 100 km/h) |
| CONSUMO | 9,0 l/ 100 km (mixto) |
| MEDIDAS | 4.702 / 1.955 / 1.681 mm |
| NEUMÁTICOS | 255 / 45 R 20 (del.) y 285 / 40 R 20 (tras.) |
| PESO EN VACÍO | 1.830 kg |
| MALETERO | 525 l |
| PRECIO | 40.840 € |
| GAMA DESDE | 104.000 € |
| LANZAMIENTO | Diciembre de 2017 |
Equipamiento Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio
De serie: Detector de presencia en el ángulo muerto; avisador de cambio involuntario de carril; selector de modos de conducción Alfa DNA Pro; faros bixenón; sensores de luz y lluvia; retrovisores de ajuste eléctrico y calefactables; sensores de parking delanteros y traseros; cámara de visión trasera; sistema multimedia con pantalla de 8,8 pulgadas; Apple CarPlay y Android Auto; Bluetooth; climatizador bizona; volante deportivo; molduras en fibra de carbono real; entrada y arranque sin llave; retrovisor interior electrocrómico; portón del maletero eléctrico y llantas de 20 pulgadas.
Opcional: Pintura metalizada Blanco Trofeo (1.950 €); tapicería en cuero y Alcantara con contraste en verde (550 €); asientos de tipo baquet en fibra de carbono (4.075 €); volante deportivo en piel y Alcantara (533 €); pinzas de freno en rojo (409 €); barras de techo negras (365 €); control de velocidad de crucero adaptativo (1.329 €); paquete Power Seats Quadrifoglio –incluye asientos delanteros calefactables y eléctricos en 8 posiciones y volante calefactable– (1.630 €); paquete High Fidelity Audio –incluye sistema de audio Harman/Kardon y luces de ambiente– (1.559 €) y techo panorámico practicable (1.902 €).
Ficha técnica Mercedes-AMG GLC 63 4MATIC+ Coupé
| TIPO DE MOTOR | Gasolina, 8 cilindros en V, biturbo |
| CILINDRADA | 3.982 cm3 |
| POTENCIA | 476 CV entre 5.500 y 6.250 rpm |
| PAR MÁXIMO | 650 Nm entre 1.750 y 4.500 rpm |
| V. MÁXIMA | 250 km/h |
| ACELERACIÓN | 4,0 s (0 a 100 km/h) |
| CONSUMO | 11,5 l/ 100 km (mixto) |
| MEDIDAS | 4.745 / 1.931 / 1.578 mm |
| NEUMÁTICOS | 235 / 55 R 19 (del.) y 255 / 50 R 19 (tras.) |
| PESO EN VACÍO | 1.935 kg |
| MALETERO | 500 l |
| PRECIO | 113.600 |
| GAMA DESDE | 55.260 € |
| LANZAMIENTO | Diciembre de 2017 |
Equipamiento Mercedes-AMG GLC 63 4MATIC+ Coupé
De serie: Lector de señales de tráfico; iluminación LED Intelligent Light System; control de velocidad de crucero con limitador; asistente de aparcamiento automático con cámara de visión trasera; Head-up Display; suspensión neumática AIR BODY CONTROL; selector de modos de conducción DYNAMIC SELECT; sensores de luz y lluvia; sistema multimedia COMAND Online con pantalla de 8,4 pulgadas; navegador; climatizador bizona; retrovisores electrocromáticos; iluminación de ambiente; portón trasero de apertura eléctrica y llantas de 19 pulgadas.
Opcional: Pintura designo gris selenita magno (2.986 €); llantas AMG forjadas en 21 pulgadas (4.330 €); tapicería de cuero ARTICO y microfibra DINAMICA (4.221 €); asientos baquet PERFORMANCE (2.911 €); molduras en fibra de carbono (1.357 €); paquete de asistencia a la conducción plus –incluye control de velocidad de crucero adaptativo con asistente en atascos, guiado en el carril y frenada de emergencia automática– (3.162 €); control de ángulo muerto (678 €); escape deportivo PERFORMANCE (1.493 €); entrada sin llave LEYLESS-GO (970 €); cámaras 360º (475 €); sistema sonido Burmester (1.058 €) y techo corredizo eléctrico (1.567 €).
