En términos de movilidad, todos los países europeos tienen una tarea pendiente: reducir la presencia de vehículos contaminantes en sus carreteras. Para hacerlo, el primer paso es controlar lo que hasta hoy es la principal fuente de CO2 y NOX, es decir, los vehículos que funcionan con combustibles fósiles. Por esta razón cada vez salen a la luz nuevos proyectos gubernamentales que pretenden limitar su uso y concienciar a los ciudadanos de que existen otras opciones, alternativas al vehículo privado, para realizar desplazamientos.
Por ejemplo, en nuestro país el Gobierno pretende prohibir la venta de coches gasolina y diésel en 2040, propiciando que una década más tarde solo se utilicen automóviles eléctricos en nuestras vías y eliminando los motores térmicos. Es decir, coches que la DGT clasifica como ecológicos en sus nuevas etiquetas medioambientales. Sin embargo, esta iniciativa ha desatado todo tipo de objeciones, aunque lo más llamativo es que, para muchas asociaciones y organismos, es un objetivo demasiado ambicioso e inaccesible. Y eso sin contar los altos precios que tienen hoy día los coches eléctricos.
Los coches del futuro
Hay quien considera que el futuro de los desplazamientos son los vehículos eléctricos o los autónomos. Pero la realidad es que todavía queda un largo camino por recorrer para llegar a esa realidad. A día de hoy, las matriculaciones de coches eléctricos no suponen ni el 0,5 % de la cuota de mercado de turismos en España (aproximadamente un 0,32 %). Algo que dista mucho de los resultados que presentan otros países como Noruega, donde alcanza casi un 40 % de la cuota de mercado, según los datos aportados por el Observatorio Europeo de Energías Alternativas.
De hecho, si nos basamos en las cifras de este organismo, percibimos que no solo es cuestión de la mentalidad de Noruega sino que, gran parte de los países de Europa nos superan en el número de matriculaciones de coches eléctricos. Por citar algunos ejemplos, se citar a Islandia, Países Bajos y Austria, donde todos superan el 1,5 % de la cuota de mercado; y otros, como Portugal (0,81%), Reino Unido (0,54%) y Bélgica (0,49%) que, aunque la diferencia no sea tan evidente, también presentan mejores márgenes que los españoles.
Expectativas vs Realidad
Es necesario que, a escala global, aumenten las ventas de vehículos más sostenibles si queremos mejorar el medio ambiente. Pero también es cierto que, para esto, necesitaremos fijarnos unos objetivos más reales. Por lo menos, así lo consideran desde Anfac, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones. Afirman que el Ejecutivo está esbozando un borrador de Ley de Cambio Climático y transición energética algo “excesivo y acelerado en sus plazos”.
Si nos fijamos en datos como los aportados por Aniacam (la Asociación Nacional de Importadores de Automóviles, Camiones, Autobuses y Motocicletas) en lo que va de año, solo se han matriculado 8.458 coches eléctricos. Una cifra que todavía no es comparable con las matriculaciones de los vehículos de gasolina (que superan el 35 % de la cuota de mercado); ni de los diésel, a pesar de que están en el punto de mira de las restricciones medioambientales.
Desde Anfac piensan que esta transición a los vehículos ecológicos debe hacerse de manera ordenada y equilibrada. Es más, consideran que no es viable cambiar cerca de 25 millones de vehículos en algo más de dos décadas. Y más aún cuando tampoco se favorecerá a los que compren coches híbridos, híbridos enchufables, GNC o GLP.
Tendencia alcista
Dejando esto a un lado, destacaremos que, actualmente, sí se ha producido un cambio de mentalidad en los consumidores. En los últimos años, la adquisición de este tipo de vehículos ha aumentado considerablemente. En concreto, de acuerdo con los datos publicados por ABC, en octubre se matricularon más de 1.222 unidades; de las cuales cerca de la mitad se comercializaron en Madrid. Precisamente, la ciudad que ha presentado el plan anticontaminación más exigente hasta el momento, dentro del territorio nacional.