La dirección de Mercedes-Benz se ha visto obligada a retrasar el lanzamiento de su obra maestra, el Mercedes-AMG One. Señalado desde el principio como uno de los modelos más relevantes de la historia de la compañía, han tenido que alargar la presentación a causa de uno de los elementos que más aplausos provocó cuando se anunció: su motor procedente de la Fórmula 1.
Para cumplir con la normativa de homologaciones se necesita que la parte térmica (un V6 biturbo de gasolina) se mantenga de forma estable a 1.200 rpm, en el momento del ralentí. Y, por el momento, no lo están consiguiendo. El problema está en que los motores de Fórmula 1 están diseñados en su parte térmica para que se manejen siempre a altas revoluciones. El ralentí lo tienen a 5.000 rpm. Este rediseño de la admisión ha sido el causante del retraso del desarrollo del coche. Y ya va para nueve meses.
Por el momento seguimos sin fecha de presentación. Eso sí, todos los coches del Mercedes-AMG One, que saldrá con una edición limitada que ya está toda vendida.
La mayor virtud, el mayor problema
El Mercedes-AMG One se presentó como un proyecto de modelo hiperdeportivo que llevaría a un coche de calle la tecnología de la Fórmula 1. Esto fue aplaudido por muchos pues era una magnífica oportunidad para demostrar que esta tecnología híbrida que tantas críticas ha recibido por fallar al espíritu de Fórmula 1 (siempre buscó motores enormes que dieran las máximas prestaciones) tenía continuidad fuera de los circuitos. La F1 siempre se ha planteado como un banco de pruebas para los modelos de calle, de ahí que se emplearan propulsores híbridos.
Además, el motor de F1 que incorpora no es de cualquier equipo, sino el que ha permitido a Mercedes-AMG sumar los últimos cuatro títulos por equipos y pilotos de forma consecutiva, al que se podría sumar un quinto en las próximas semanas.
Sin embargo, ahora admiten que no previeron el reto que suponía adaptar un motor de Fórmula 1 a la calle, donde las necesidades son diferentes y donde no hay problemas con las emisiones (por el momento solo con los consumos). Por el momento, mantener el motor a 1.200 rpm es difícil y cuando se consigue, mantiene una importante inestabilidad que hace imposible predecir sus emisiones. Y, así, es imposible que pueda superar los protocolos de homologación.