El BMW X7 llega para sobresalir en la oferta de BMW . Y en el mercado en la parte más alta. No solo se sitúa como la sexta referencia en la familia SUV de la firma germana sino que destaca por su descomunal tamaño (bordea los 5,2 metros), sus siete plazas interiores (de serie) y su nuevo concepto de espacio interior repleto de detalles y lujo. De hecho, desde la marca apuntan a un nuevo concepto de lujo. Ha tardado en llegar pero, visto el resultado, la espera ha merecido la pena.
Se fabricará en Estados Unidos, en la planta de Spartanburg, e iniciará sus ventas en marzo del próximo año. Llegará con tres mecánicas: una gasolina y dos diésel, todos con motor de seis cilindros. La única variante gasolina es el BMW X7 xDrive40i de 340 CV mientras que los diésel serán el BMW X7 xDrive30d de 265 CV y el BMW M50d que rinde 400 CV. En su lanzamiento existirá una cuarta opción, aunque en Europa nos quedaremos con las ganas de tocarla. Se trata del BMW X7 xDrive50i que rinde 462 CV con motor V8.
Según se ha podido saber, la gama de precios partirá de 98.950 euros en el caso del BMW X7 xDrive30d 265 CV, de 99.950 euros en el BMW X7 xDrive40i 340 CV y de 124.000 euros en el caso del BMW X7 M50d 400 CV.
Dominar el segmento
El nuevo BMW X7 llega para dominar un segmento complicado por los altísimos estándares impuestos. Se las tendrá que ver con el Mercedes-Benz GLS , el Audi Q7 y el Bentley Bentayga. Palabras mayores. No en vano, en BMW hablan de un nuevo concepto de lujo para referirse a su habitáculo.
El de Munich se presenta con una longitud de 5.151 mm, una anchura de 2.000 mm y una altura de 1.805 mm. Que va a ser un vehículo amplio y con un interior muy aprovechado lo confirman sus 3.105 mm de separación entre ejes.
Esto le permite contar con siete pasajeros en su interior, dejando como opcional una configuración de seis asientos (2+2+2). Su maletero queda en 326 litros con las tres filas de asientos dispuestas, 750 litros con dos filas de asientos y 2.120 litros cuando solo quedan los asientos delanteros.
Su estética adapta el código de diseño de la compañía aunque lleva a los límites algunos detalles como el tamaño de las ópticas, el de sus llantas (entre 20 y 22 pulgadas) o, sobre todo, el del característico doble riñón de su frontal, más grande que nunca.
Doble personalidad
El nuevo integrante de la gama SUV de BMW llega con detalles que le hacen único y que garantizan la mayor comodidad de sus pasajeros como un climatizador de cinco zonas, un techo panorámico de tres paneles, tomas USB en varios lugres y asientos donde se ha estudiado especialmente la comodidad.
El BMW X7 cuenta con BMW Live Cockpit Professional de serie, una instrumentación de 12,3 pulgadas. Y una pantalla en el centro del salpicadero del mismo tamaño. Esta ya es táctil e integra el sistema multimedia con el que se puede interactuar por contacto con la pantalla, con comandos por voz y mediante control gestual.
Este sistema multimedia incorpora buena parte de las bondades de las que ya presumen los últimos modelos de BMW que han llegado al mercado, como la información meteorológica del destino, las últimas noticias e incluso fotografías de los lugares por los que uno está pasando.
Pero no hay que olvidar sus cualidades dinámicas que le dotan de aptitudes de todoterreno. La electrónica le lleva a salir airoso de todo tipo de dificultades. De eso se encarga el sistema xDrive, aunque para mayor tranquilidad, cuenta en opción con el paquete Off-Road que añade cuatro opciones más: xSand (arena), xGravel (tierra), xRocks (terreno rocosos) y xSnow (nieve).
Y todo con unas ruedas de gran tamaño, recordamos entre 20 y 22 pulgadas, que dejan un perfil mínimo, aunque solvente.
Líder en tecnología
La búsqueda del lujo y la exclusividad no ha quedado en un segundo plano. El BMW X7 llega con lo último de lo último de la tecnología que ha surgido de los laboratorios de la compañía. Así, aunque ya antes nombramos las pantallas y el sistema multimedia, a este le acompañan un head-up display de última generación, el control de crucero de velocidad adaptativa que funciona hasta en parado (ideal para atascos), sistema de mantenimiento de carril (actúa para devolver al vehículo a su posición en caso de superar las delimitaciones sin haber puesto el intermitente), avisador de ángulo muerto y cámaras de visión periférica, ideal para el aparcamiento.
Los grupos ópticos incorporan la tecnología LED de serie aunque quedan como opcionales los faros láser con una visión más nítida y lejana.