La Guardia Civil recupera 342 vehículos robados en España que se habían matriculado ilegalmente en otros países. Para ello, han colaborado junto a las policías alemanas de Baden-Württemberg y Frankfurt; la Policía de Polonia, la BKA de Austria y la Gendarmería Real de Marruecos, logrando desarticular diferentes organizaciones criminales especializadas en el tráfico de vehículos.
Todas estas fuerzas del orden han contado con la coordinación del EUROPOL, en lo que ya se conoce como la Operación Ganímedes. Una investigación policial que se inició en 2016 y que, finalmente, ha obtenido los primeros resultados favorables.
24 detenidos por traficar ilegalmente con coches robados
En España se roban una media de 40.000 vehículos al año y, en su mayoría, nunca llegan a localizarse. Es un problema que se agrava cada vez más y que se extiende por toda Europa. Pues, ahora, estos actos delictivos son trasnacionales. Es decir que los vehículos se roban en un país y se venden en otro, obligando a las autoridades a trabajar de manera conjunta.
En esta operación comenzaron cotejando los números de bastidor de los coches que figuraban como desaparecidos en la DGT, con los que ofrecen otras bases de datos similares europeas. Y, posteriormente, investigaron los casos para distinguir si los ladrones se regían por un patrón de conducta determinado. En otras palabras, estudiaron los lugares donde se produjeron los robos, la franja horaria y el tipo de vehículo sustraído. A partir de ahí lograron localizar los automóviles y determinar cuál era el procedimiento en cada zona.
Marruecos, el país con más matriculaciones de coches robados en España
En los años que ha durado la investigación han desaparecido más de 70.000 vehículos en nuestro país. Y, de los que han conseguido localizar, 121 se vendieron y matricularon ilegalmente en Marruecos; 60 se encontraron en Alemania y el resto estaban repartidos por otros 14 países de Europa.
En cuanto a los delincuentes, detuvieron a un grupo en Polonia, que utilizaba impresoras profesionales y aparatos falsificadores para elaborar los contratos de compraventa y los nuevos permisos de circulación. Se trataba de una “banda espejo” que ya había actuado con este mismo procedimiento en España anteriormente.
Así, en el país germano otra banda se dedicaba a vender coches de alquiler españoles. Los delincuentes los reservaban, los trasladaban a Alemania y realizaban todos los trámites para matricularlos en ese país, simulando que un español había llevado a cabo la venta del vehículo. Después los ofrecían a muy bajo precio y los vendían antes de que finalizase el plazo de alquiler. De este modo, la empresa no llegaba a denunciar la desaparición del coche a tiempo.
En cambio, el grupo criminal que desmantelaron en Marruecos destacó por robar un tipo de todoterreno concreto. Los trasladaban hasta Algeciras o Tarifa y de allí los trasportaban en barco hasta el país Norteafricano. Precisamente un destino en el que los ladrones podían falsificar los documentos gracias a su estrecha relación con los funcionarios públicos.