Texto: Karam el Shenawy.
¿Un comercial usurpando el terreno de un familiar? Suena descabellado, sí. Hasta que te plantas delante del nuevo Peugeot Rifter 2018. El heredero del Partner nada tiene que ver con el exitoso comercial de la marca del león. De hecho, por no ser, ya no es considerado como un comercial. Prueba de ello, la plataforma sobre la que se sostiene: la CMP2; la misma que da forma a los actuales 308, 3008 o 5008, por nombrar algunos de los modelos más representativos de la firma del león.
Entonces, ¿qué busca peugeot Peugeot
Peugeot Rifter 2018, todas las imágenes
[fotos id=”114731″]Diseño exterior
¿Cómo lo consigue? Con una estética completamente distinta a la que nos tenía acostumbrados. En Peugeot han tardado en asimilar el concepto SUV, sí. Pero con la llegada, primero, del 2008 y, posteriormente, de los 3008 y 5008 (quienes han reportado un buen número de clientes) parece que la francesa ha conseguido trazar su camino.
Senda que este nuevo Peugeot Rifter 2018 también ha escogido. Ofreciéndonos, así, un producto con ciertos tintes SUV. Pasos de rueda ensanchados, protecciones de plástico en su parte inferior o la posibilidad de montar el sistema Grip Control de la marca (más adelante llegará una variante con tracción 4×4 inspirada en el Rifter 4×4 Concept), son algunos sus detalles más característicos.
Carrocería con herencia comercial
Todo ello envuelto en una carrocería, mejor dicho en dos, que aún mantienen cierta herencia comercial. Lo hace gracias a las puertas laterales correderas; al enorme portón trasero o a los múltiples huecos portaobjetos repartidos en su habitáculo (y en los que luego entraremos). Pero que se combina con detalles propios de los turismos de la marca; como las luces diurnas delanteras o las ópticas traseras en forma de garra.
Eso sin olvidar los cuatro acabados disponibles entre los que se encuentra incluso el deportivo GT Line (el resto son el Acces, Active y Allure). Volviendo a las carrocerías, dos son las que se ofertan. Una corta, de 4,40 metros, y otra de batalla extendida, de 4,75 metros de largo. Cota que acompaña, en ambos casos, de una anchura de 1,55 metros y de una altura de 1,87 metros.
Espacio para todo
La gran diferencia entre ambas reside en el espacio destinado al maletero. En la corta, se parte de un hueco de 775 litros, ampliable a 1.414 cuando se abate la segunda fila (a ras de suelo y dejando un piso 100% plano); mientras que en la larga el volumen inicial son 1.050 litros, llegando a 1.675 litros con la segunda fila plegada y, ojo, a los 4.000 litros con el asiento del copiloto reclinado hacia delante. Ambas versiones cuentan con una luneta trasera practicable. Y, además, pueden dar cabida a siete pasajeros gracias a la tercera fila opcional.
Como es lógico, la carrocería larga permitirá un mayor desahogo para dichos ocupantes; pues estos podrán incluso regular la distancia para las piernas gracias a los 130 mm de desplazamiento horizontal que ofrecen. Como detalle, en la segunda fila, compuesta por tres asientos individuales (cada uno con anclajes i-SIZE para sillitas), no existe dicha regulación. En cuanto al espacio disponible en esta zona, tres adultos podrán viajar sin problema alguno.
Detalles ocultos que marcan la diferencia
En la variante corta, el hueco para las piernas quizá es algo justo para alguien que sobrepase los 1,85 metros; pero tanto en anchura como en altura, iremos sobrados. La modularidad se ve incrementada gracias a los múltiples huecos dispuestos por todo el habitáculo.
Según la propia Peugeot, el Rifter 2018 cuenta hasta con 486 litros adicionales divididos en 28 cofres distintos. Algunos están ocultos, como el ubicado en el techo del maletero y otros están a simple vista, como el carril central superior con diferentes compartimentos. Puertas, guantera o túnel central son otras de las zonas donde podremos depositar nuestros enseres personales.
Con i-cockpit
En la zona delantera, el nuevo Peugeot Rifter 2018 es quizá, donde más enfatiza ese ADN de turismo. Porque la marca francesa le ha dotado del llamativo puesto de conducción i-cockpit compuesto por un volante de pequeñas dimensiones; un cuadro de instrumentos elevado y una pantalla central táctil de 8,0 pulgadas. Una configuración que, al igual que ocurre con otros modelos, odias o amas. En nuestro caso nos subimos al segundo barco, ya que sentado a los mandos la sensación de amplitud es mayor. Todo está bien ordenado, el cuadro de instrumentos no queda partido y el volante resulta bastante manejable, incluso cuando circulamos por un tramo de montaña como el que la marca nos ha preparado.
También es excelente la dotación de equipamiento de la que dispone. Y que, de nuevo, acerca al Peugeot Rifter 2018 al segmento de los turismos. Sincronización móvil mediante Apple CarPlay, Android Auto o MirrorLink, asientos calefactados, climatizador bizona, cámara trasera, volante multifunción, freno de estacionamiento eléctrico, arranque y acceso sin llave… Sin olvidar que podemos disponer de los mismos asistentes a la conducción que monta el 3008, llegando a un total de 19. Eso sí, no nos ha gustado la visibilidad general. El pilar A es demasiado grueso; mientras que el retrovisor interior parece no cubrir toda la superficie acristalada.
Salto de calidad
Estos inconvenientes se dejan notar en marcha. Sobre todo si estamos en la ya mencionada zona virada en la que nos encontramos. Sí, porque Peugeot nos ha desplazado hasta las reviradas carreteras de Niza para comprobar de qué pasta está hecho el nuevo Rifter 2018. Para ello ha puesto a nuestra disposición toda la gama disponible (en batalla corta eso sí) de motorizaciones.
Una familia dividida en tres opciones diésel, con los BlueHDi de 75, 100 y 130 CV, y una gasolina, el PureTech de 110 CV que más adelante se completará con la llegada del 130 CV. Todos se combinan con la caja de cambios manual de seis relaciones. Aunque los dos de 130 CV también podrán hacerlo con una automática, con convertidor de par, de ocho marchas EAT8.
Lo ponemos a prueba
Durante la toma de contacto hemos podido probar tanto el diésel de 130 CV automático como el gasolina de 110 CV manual. Lo cierto es que nos cuesta elegir uno. Si bien el diésel nos ha parecido algo más perezoso que, por ejemplo en el 308, empuja con brío desde las 2.000 rpm, donde ya han aparecido los 300 Nm disponibles. La transmisión ofrece cierto lag (retardo) en aceleraciones contundentes.
Mientras que el gasolina está pensado para circular de forma más sosegada. Eso sí, en ambos el dato de consumo nos ha parecido algo alto, con 8,5 l/100 km medidos en el diésel y casi 10 en el gasolina. Cierto es que el tramo no invitaba al ahorro, por lo que nos lo reservamos para una prueba más en profundidad (homologan 4,3 y 5,5 l/100 km, respectivamente).
Una conducción excelente
Sea como fuere, lo cierto es que ambos se conducen de manera excelente. La carrocería está pensada para realizar largos viajes, gracias a una suspensión algo dura pero cómoda y, sobre todo, a la gran insonorización que ofrece el habitáculo. Si salimos a un tramo montañoso, aparecen las primeras carencias, pues la carrocería balancea en exceso y la dirección no es todo lo informativa que nos gustaría. Pese a todo, lo cierto es que la evolución sufrida por este Rifter 2018 respecto al Partner es enorme.
Por eso, la reflexión que nos llega no es otra que pensar en los monovolúmenes. Un segmento que no solo está sufriendo el azote de los SUV sino que ahora podrían recibir su puntilla con modelo como este Peugeot Rifter 2018; o, incluso, con el Citroën Berlingo, su hermano gemelo. ¡Ah! Y todo por un precio de partida que en el modelo del león arranca en los 17.800 € sin descuentos incluidos.
PEUGEOT RIFTER 2018 PURETECH 110
TIPO DE MOTOR Gasolina, 3 cilindros en línea, turbo
CILINDRADA 1.199 cm3
POTENCIA 110 CV a 5.500 rpm
PAR MÁXIMO 205 Nm a 1.750 rpm
VELOCIDAD MÁXIMA 169 km/h
ACELERACIÓN 11,7 s (0 a 100 km/h)
CONSUMO 5,5 l/100 km (mixto)
MEDIDAS (L/A/AL) 4.403 / 1.553 / 1.874 mm
NEUMÁTICOS 215 / 66 R 16
PESO EN VACÍO 1.430 kg
MALETERO 775-1.414-3.500 l
PRECIO BASE N.D
LANZAMIENTO Agosto de 2018