Tras ser anunciado hace tiempo por la casa inglesa, ya podemos ofreceros la primera prueba del Jaguar I-PACE. En una exclusiva presentación internacional celebrada en Portugal, nos hemos subido a un coche que inaugura una nueva etapa ya no solo para la marca.
El resto de fabricantes deberán tomar nota porque, más allá de Tesla , Jaguar ha sido el primero en llevar a producción un vehículo eléctrico de estas características. En concreto, el I-PACE nace bajo formato SUV, el más demandado en la actualidad.
[fotos id=”113153″]Varios detalles antes de entrar a fondo en esta primera prueba del Jaguar I-PACE. Para ponerlo en contexto, el modelo completa su familia todocamino, hasta ahora formada por el F-PACE y el compacto E-PACE . Con una longitud de 4,68 metros, se sitúa por tamaño entre ambos, aunque con la peculiaridad de mostrar una distancia entre ejes de casi tres metros. Y sin duda, de su sistema de propulsión eléctrica.
El I-PACE por dentro: diseño digital
Si por fuera el nuevo modelo de la marca del felino deja clara su impronta deportiva, con rasgos afilados y una trasera de corte cupé, dentro ofrece una nueva concepción del habitáculo.
La posición al volante está a medio camino entre una berlina y un SUV. Se va alto pero sin exagerar, bien integrado en una atmósfera cuidada en sus detalles. Predomina el empleo de molduras acabadas en aluminio junto a otros remates en negro brillo. La combinación resulta vistosa y moderna.
Las pantallas digitales cobran protagonismo. Además de la instrumentación digital, el primer coche eléctrico de Jaguar estrena el sistema Touch Pro Duo. Consta de dos pantallas táctiles de gran calidad. La superior aglutina casi todas las funciones del vehículo; la inferior, de menor tamaño y con dos ruletas multifunción físicas, gestiona principalmente el climatizador. A diferencia de la de arriba, por su posición menos vertical, se ve más perjudicada por brillos, aunque en general la visualización es buena.
Grande, sobre todos para pasajeros
Entre sus muchas características destacadas, en esta primera prueba del Jaguar I-PACE hemos podido comprobar la gran amplitud que garantiza en el interior. Sobre todo en la zona posterior, donde la gran distancia entre filas asegura un hueco para descansar las piernas enorme. De altura al techo, sin ser tan holgado, también va bien servido.
El maletero es grande. El portón cuenta, según versiones de serie u opcional, con sistema de apertura y cierre eléctricos, y con función manos libres pasando el pie bajo el paragolpes.
Encontramos una cavidad de formas regulares aunque quizá no tan capaz como el dato homologado en ficha. Jaguar declara 656 litros, medidos desde el suelo hasta el techo. Como complemento, bajo el capó delantero hay otro pequeño compartimento de 27 litros.
Conduciendo el Jaguar I-PACE con un solo pedal
Como coche totalmente eléctrico, el I-PACE emprende la marcha con una finura total ante la ausencia de ruidos mecánicos. No hay cambio de marchas tradicional, y solo hay que preocuparse por pulsar la tecla D de la consola para comenzar a rodar.
Al igual que plantean otros eléctricos, al soltar el pedal de acelerador el vehículo regenera energía y reduce más la velocidad que un turismo convencional con motor de combustión. De esta forma, obliga a anticiparse a las condiciones de circulación y a la carretera.
Sobre todo, si elegimos uno de los dos modos previstos que posibilita un manejo con un solo pedal. Sin tocar ni siquiera freno, el I-PACE puede detenerse por completo, aplicando una fuerza de frenada de hasta 0,4G. Además, esta función optimiza la regeneración de la carga de la batería de cara a aumentar la autonomía.
Requiere de un pequeño periodo de aprendizaje. Pero lo cierto es que, por ejemplo, en una zona revirada como la planteada en esta primera prueba del Jaguar I-PACE, resulta eficaz una vez se coge la medida del pedal de acelerador. De hecho, el feeling con él está mejor conseguido que el del freno, que tiene una zona inicial con poco mordiente.
Un eléctrico de prestaciones deportivas
El modelo inglés propone un rendimiento muy elevado no exento de emocionalidad. Para enfatizar esta faceta, incorpora un sistema de sonido artificial, modulable en varias etapas. No cansa para nada, puesto que el automóvil sigue gozando de un rodar muy confortable y silencioso. Por los altavoces emite un ligero sonido que sobre todo le hace ganar puntos en el momento de acelerar.
Por su parte, los dos motores eléctricos del I-PACE son responsables de una capacidad de aceleración extraordinaria. Situados uno en cada eje, ofrecen una potencia combinada de 400 CV y un par aún más relevante, de 696 Nm.
Al nivel de muchos deportivos, alcanza los 100 km/h desde parado en solo 4,8 segundos. La respuesta es inmediata y el coche sale catapultado sin demora. A su vez, tampoco le cuesta adelantar y muestra un poderío realmente notorio. Mientras tanto, la velocidad máxima está limitada a 200 km/h para no lastrar la autonomía.
Dinamismo sorprendente
Si por motor cumple sobradamente nuestras expectativas, en el plano dinámico es todavía más impresionante. En carretera, a ritmo alegre, se desenvuelve con seguridad y mucho aplomo. Más que uno de los modelos con el que puede rivalizar, el Tesla Model X.
Pese a su elevado peso, 2.133 kg, el buen reparto de masas permite un guiado más ágil del previsible. La gran batería de iones de litio, de 90 kWh, va situada bajo el piso del vehículo, por lo que el centro de gravedad se reduce todo lo posible.
Así, en pleno apoyo se notan las inercias, aunque la suspensión neumática (opcional o de serie según versiones) contiene muy bien el balanceo de la carrocería. Habría que saber si en variantes con amortiguadores de resortes helicoidales trabaja con la misma efectividad. De igual manera, no sobrevira demasiado y la tracción a las cuatro ruedas es bastante eficaz.
En campo y circuito con el I-PACE
Quizá estos dos escenarios no van a ser los preferidos por el usuario del revolucionario modelo británico, lo que no es óbice para que no tenga aptitudes para ello. En esta primera prueba del Jaguar I-PACE hemos tenido ocasión de someterlo a examen tanto haciendo un poco de off road como dentro de un trazado tan exigente como Portimao, en Portugal.
Saliendo de la carretera, los responsables del evento nos sorprendieron con un tramo de pista. Sin excesiva complicación, nos sirvió para comprobar la buena capacidad de absorción de la suspensión neumática, en la que no obstante prevalece un tarado más pensado para el asfalto.
La máxima dificultad estuvo en el vadeo de un río (acepta una profundidad máxima de 500 mm) y el ataque a alguna rampa pronunciada. El I-PACE lo hace todo fácil. Se apoya en un modo de conducción específico, además del sistema All Surface Progress Control. Se trata de una especie de control de velocidad, programable entre 3,6 y 30 km/h, para sortear obstáculos sin usar freno ni acelerador.
Como colofón, tres vueltas al circuito de Portimao sirvieron para confirmar que el I-PACE no solo insta al aspecto ecológico del coche eléctrico. También alude a eso que venía comentando de la emoción. No en vano, junto a la Fórmula E, la marca británica promueve el I-PACE eTrophy, primer campeonato para coches eléctricos en producción.
Autonomía y recarga, las otras claves del Jaguar I-PACE
Finalmente, y a falta de una prueba del Jaguar I-PACE más exhaustiva, durante los dos días de test logramos un consumo medio por debajo de los 30 kWh/100 km. ¿Qué quiere decir esto? Pues que con la batería al cien por cien da para 300 km en la vida real, a ritmo alegre, todo sea dicho.
Aún lejos de los 480 km de máximo alcance declarado, sí que conseguimos en una parte del recorrido (83 km a una media de 62 km/h) acercarnos a ese dato, con un gasto de 21,2 kWh/100 km. De esta forma, alcanzaría más de 400 km.
Finalmente, el otro tema candente de un eléctrico, la carga, se solventa con una importante diferencia de tiempo en función de la toma utilizada. En un poste de 7 kW, uno de los más habituales y disponibles en centros comerciales, recarga el 80 por ciento en 10 horas. Por el contrario, en un cargador de 100 kW, infraestructura aún limitada en España, llega a este porcentaje en solo 40 minutos.
Jaguar ya acepta pedidos de su primer coche eléctrico. La gama establece cuatro versiones con un precio de partida de 79.100 euros.
Gama de precios Jaguar I-Pace 2018 | |
Modelo | Precio |
Jaguar I-Pace S | 79.100 euros |
Jaguar I-Pace SE | 87.100 euros |
Jaguar I-Pace HSE | 93.200 euros |
Jaguar I-Pace First Edition | 103.500 euros |
Prueba Jaguar I-PACE: ficha técnica
Tipo de motor | Dos motores eléctricos síncronos de imanes permanentes |
Potencia combinada | 400 CV (200+200) |
Par máximo | 696 Nm (348+348) |
Capacidad de batería | 90 kWh |
Autonomía eléctrica | 480 km (ciclo WLTP) |
Tiempo de carga | 10 horas (80% en toma 7 kW) 40 minutos (80% en toma 100 kW) |
Velocidad máxima | 200 km/h (autolimitada) |
Aceleración | 4,8 s (0-100 km/h) |
Peso en vacío | 2.133 kg |
Maletero | 656 l + 27 l |
Medidas | 4.682 / 1.895 / 1.565 mm |
Precio | 79.100 euros |