Quién diría que la mayor amenaza para el Volkswagen Golf viene de su propia casa. En esta prueba del Volkswagen T-Roc 2018, el compacto “se viste de SUV” y aparece como un nuevo modelo dispuesto a romper la hegemonía de su todopoderoso “hermano”. ¿Lo conseguirá?
Prueba del Volkswagen T-Roc 2018 (fotos)
[fotos id=”109192″]En ocasiones me pregunto si Volkswagen ha acertado con su nueva propuesta. No pretendo dar a entender que el T-Roc no merece tu atención. Al contrario, es suficientemente bueno como para ponerle las cosas difíciles al Golf y probablemente esa sea la intención de la marca. El segmento de compactos está cayendo, y si, por el contrario, el mercado de todocaminos crece, que Volkswagen lance un SUV a medio camino entre un Golf y un Tiguan empieza a tener sentido. Tiene todo el sentido del mundo, de hecho, puesto que la ofensiva SUV de la marca no acaba aquí: habrá un T-Cross de entrada y por arriba un nuevo Touareg. La cosa se pone seria.
Volviendo al T-Roc, en sus 4,23 m de longitud concentra un hasta ahora desconocido saber hacer del departamento de diseño, que parece haber dado rienda suelta a su imaginación con detalles como los faros integrados con la parrilla, la luz diurna circular en el paragolpes o la fuerte musculatura que exhibe la carrocería. Propone, además, nuevos niveles de personalización: se apunta a la moda bicolor con tonos vivos y dinámicos.
Prueba del Volkswagen T-Roc 2018: luces y sombras
Igual de joven y fresco es el interior, presidido por una moldura a color seleccionable entre cuatro tonos. No solo da luz al habitáculo, también eleva sustancialmente la calidad del mismo… su aspecto, dicho sea de paso, más decepcionante. Aunque sólido, no hay ni un solo plástico mullido, ninguno, sea cual sea el acabado escogido, criticable cuando el precio del T-Roc supera al del Golf en unos 1.500 € de media. Un Polo también demuestra mayor impresión de calidad. Se echa de menos algún detalle de mejor tacto, sobre todo cuando otros apartados, como el multimedia, han recibido todos los mimos.
De serie exhibe un sistema con pantalla táctil de 8 pulgadas (el único disponible) y App-Connect, rápido, completo y sencillo, al que suma un cuadro de mandos digital de nueva hornada (de serie también en el acabado Sport) extremadamente configurable y que permite, ahora sí, la visualización del navegador a pantalla completa.
Por otro lado, dentro no se viaja mal. Los asientos delanteros deportivos sujetan bien, mientras que atrás, pasajeros como mucho de 1,85 m de alto caben holgados. Destaca en anchura y no va nada mal en altura, pero sí es algo más justo el espacio para las piernas. Su maletero es su gran aliado, 392 litros de capacidad (445 con tracción simple), algo más que el Golf, aunque todavía lejos del Tiguan.
Prueba del Volkswagen T-Roc 2018: el punto medio
La gama T-Roc es sencilla, muy sencilla. Se trata de elegir entre los siguientes motores:
- 1.0 TSI de 115 CV
- 2.0 TDI de 150 CV
- 2.0 TSI de 190 CV
- Próximamente: dos TDI de 115 y 190 CV y un TSI de 150 CV
El que nos ocupa, el 2.0 TDI de 150 CV, solo puede atarse al acabado Sport, lo que eleva su precio de partida (de los 34.615 euros en los que se inicia la gama nos vamos a 41.160), pero a cambio llega con cambio DSG y tracción total 4Motion sí o sí. El bloque, ya conocido en el grupo Volkswagen, presume de altos niveles de refinamiento (se muestra, lógicamente, algo más áspero en frío) y mueve el conjunto con facilidad, aunque su entrega de potencia casi eclipsa los 150 CV de los que dispone (cosas de la nueva normativa de emisiones).
El DSG desarrolla a las mil maravillas su trabajo: es rápido y eficiente (devuelve un consumo medio en condiciones reales entre 6,5 y 7 l/100 km), fallando solo en el arranque desde parado, algo brusco
No obstante, lo destacable no es tanto el apartado mecánico como el comportamiento. Emplea la misma plataforma MQB del Golf con una batalla ligeramente inferior, lo que implica, a efectos prácticos, calcar su dinámica.
Resulta absolutamente intachable la puesta a punto realizada, empezando por una dirección precisa y de buen tacto, y terminando con una suspensión firme, que controla eficazmente el balanceo de la carrocería sin comprometer excesivamente el confort. Opcionalmente hay un sistema de chasis adaptativo (1.270 €) que modifica estos parámetros, además de la entrega de potencia y el trabajo del DSG.
Para terminar, las cualidades todoterreno del T-Roc son escasas por varias razones, entre ellas el duro tarado de la suspensión. No ayudan una selección de llantas de bajo perfil ni una altura libre al suelo muy similar a la de un turismo convencional.
Ficha técnica Volkswagen T-Roc Sport 2.0 TDI 4Motion 150 CV DSG
Motor: 4 cilindros, turbo
Combustible: Diésel
Cilindrada: 1.968 cm3
Potencia: 150 CV entre 3.500 y 4.000 rpm
Par: 340 Nm entre 1.750 y 3.000 rpm
Vel. máxima: 200 km/h
Aceleración: 9,8 s (0 a 100 km/h)
Consumo medio (oficial): 5,1 l/100 km
Medidas: 4.234 / 1.819 / 1.572 mm
Neumáticos: 215 / 55 R17
Peso: 1.530 kg
Maletero: 392 litros
Precio: 41.160 €