El pasado 23 de marzo se producía el accidente de un Tesla Model X mientras circulaba por una autopista de California con el sistema de conducción autónoma activado (conocido como Autopilot). Es una noticia que han confirmado desde la propia marca de Elon Musk y que ha vuelto a poner en entredicho la fiabilidad de la tecnología de los coches autónomos, días después de que se produjera el atropello mortal de una mujer estadounidense en Arizona.
Según Carscoops, en este caso la víctima es W. Huang, un ingeniero de Apple de 38 años que falleció en el hospital después del accidente, a causa de sus heridas. Su vehículo chocó contra una barrera de hormigón que separaba los carriles de la carretera.
Tal como recogen en El Mundo, desde la empresa fabricante de vehículos han confirmado que “el conductor había recibido varias advertencias visuales y audibles“ para que recuperase el control del coche, pero afirman que sus manos “no se detectaron en el volante durante los seis segundos previos a la colisión”. Asimismo, señalaron que “el automovilista tuvo unos cinco segundos y 150 metros de visibilidad sin obstáculos de la división de hormigón, aunque los datos del vehículo muestran que no reaccionó”.
Un conductor demuestra cómo se puede “engañar” al piloto automático de Tesla en las redes sociales
Ante estos hechos, tanto la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras como la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte continúan investigando este accidente, en el que otros dos vehículos resultaron implicados.
Desde Tesla han querido destacar que el siniestro pudo ser más grave, a causa del mal estado en el que se encontraba la barrera de seguridad que separaba los carriles. Por lo visto, había sufrido daños en un accidente anterior y todavía no se había reparado, por lo que la automovilística trabaja con los investigadores para analizar lo sucedido.
Tesla sufre su segundo accidente mortal con uno de sus coches autónomos
No es la primera vez que vemos un coche de la compañía de Elon Musk protagonizando un suceso de estas características. En 2016, el propietario de un Tesla Model S murió mientras conducía su vehículo a gran velocidad con el Autopilot activado, convirtiéndose en la primera víctima de un accidente relacionado con un coche autónomo.
Por todo esto, después de salir a la luz este último accidente, la compañía ha tenido que hacer frente a una caída del 16% de cotización en bolsa.