El uso de la motocicleta en las grandes ciudades cada vez está más extendido. Es un vehículo que presenta grandes ventajas respecto a los turismos, siendo menos contaminantes para el medio ambiente y favoreciendo la movilidad por las zonas céntricas. Sin embargo, después de salir a la luz la nuevas medidas para aparcar la moto en Madrid, propuestas por el gobierno de Manuela Carmena, su situación se ha visto nuevamente comprometida.
En esta nueva regulación, el Ayuntamiento de Madrid trata de favorecer a los peatones y ciclistas, frente a los conductores de automóviles y motocicletas. Una iniciativa que pretende reducir el número de vehículos y fomentar el uso del transporte público en la ciudad.
Así, entre las nuevas medidas, destaca la prohibición del estacionamiento a los vehículos de dos ruedas en las aceras, si existe banda de estacionamiento o si su ancho es menor de tres metros. Algo que en estas últimas semanas ha desatado una gran polémica entre los colectivos de motoristas.
De hecho, la Asociación Mutua Motera ha manifestado públicamente su descontento a través de su presidente, Juan Manuel Reyes. Afirma que “se rompe con una tendencia de promoción del uso de la moto en una ciudad como Madrid, que la necesita”. Las dificultades a la hora de aparcar generarán un mayor consumo de combustible y, por ende, se volverán más contaminantes.
Ante esta situación, la consultora Pons Seguridad Vial ha propuesto un nuevo método para el estacionamiento de vehículos de dos ruedas, en el que se les reservarían las plazas próximas a los pasos de peatones. De esta forma, tratan de recuperar el espacio en las aceras para los peatones y consiguen que los motoristas tengan un espacio reservado para aparcar.
Ventajas de las nuevas medidas
Según aseguran en ABC, esta propuesta beneficiaría a los conductores y a los peatones en diversas situaciones. Por un lado, la presencia de ciclomotores y motocicletas en las proximidades de los pasos de peatón dará una mayor visibilidad a quienes se disponen a cruzar la vía. Pero, al mismo tiempo, permiten que el conductor pueda ver al peatón que se dispone a atravesar la calle; este hecho facilitará el frenado del vehículo, dando más tiempo de reacción al conductor.
Por otro lado, la seguridad física de la motocicleta o ciclomotor aumentará, ya que, al disponer de un espacio reservado, no correrán el peligro de que otro vehículo mayor pueda derribarla o golpearla al estacionar.
Asimismo, otra de las ventajas de esta propuesta es que como se trata de una zona donde no se puede circular a gran velocidad, el acceso al lugar de estacionamiento es menos peligroso que una vía cuyo límite de velocidad es mayor.
Los motoristas, “perjudicados”
Esta propuesta del Ayuntamiento ha generado diversidad de opiniones entre otros representantes del gobierno madrileño. Por ejemplo, la portavoz de Ciudadanos, Begoña Villacís, considera que es una medida que llega “tres años tarde”. Además, no tiene en cuenta las demandas de los motoristas.
Para Villacís es un grave error, puesto que es un colectivo en crecimiento. A día de hoy, ha aumentado un 12% y todo apunta a que lo seguirá haciendo: cada año se matriculan entre 15.000 y 20.000 motos y ciclomotores sólo en la Comunidad de Madrid.
Además, los colectivos de moteros y otras organizaciones como el RACE (Real Automóvil Club de España) destacan que este nuevo plan perjudica en gran medida a los conductores. Aseguran que la nueva iniciativa entre las conocidas como “Calles 30” (vías de una sola dirección o un solo carril por sentido que ahora tienen límite de velocidad en 30km/h) no favorecen la seguridad vial. Según han registrado en la Ordenanza de Movilidad, los peatones podrán atravesar la vía sin necesidad de cruzar un paso de peatones y los ciclistas tendrán libertad para circular en ambos sentidos. Un hecho que, según dicen, es “una temeridad”.
