Los conductores españoles, a través de DUCIT, el primer observatorio de usuarios al volante elaborado por el RACE, están a favor de subir a 130 km/h el límite máximo de velocidad en las vías de alta capacidad. El estudio también analiza el impacto que esta medida podría tener en la siniestralidad: el 50,1 por ciento de los usuarios cree que potenciar el uso de las autopistas podría reducir los accidentes de las vías secundarias.
De los veintiocho países que forman la Unión Europea, diecisiete han incorporado velocidades máximas de 130 km/h o por encima de ésta, como es el caso de Polonia o Bulgaria con 140 km/h, o en Alemania, donde lo que existe es una recomendación para circular a 130 km/h. Cinco países, entre ellos Portugal y España, tiene 120 km/h de velocidad máxima, mientras que seis países, de los que tres son islas, tienen 112 km/h o menos. En la parte final de la tabla se sitúa Malta, con 80 km/h de velocidad máxima para circular por sus carreteras.
Según los datos presentados en el estudio Road Safety in the EU, el país con menor media de fallecidos por accidente de tráfico por millón de habitantes es Malta, seguido de Países Bajos, y en tercer lugar, el Reino Unido. Resulta relevante ver la diferencia de velocidades que se producen entre los tres países, que se sitúa entre los 80 km/h de Malta, los 112 km/h de Reino Unido y los máximos 130 km/h de Países Bajos.
¿Qué opinan los conductores españoles sobre modificar los límites máximos de velocidad en España? Con un 80 por ciento, los usuarios están a favor de aumentar la velocidad en las vías de alta capacidad, en concreto, un 81,2 por ciento en autopistas y un 79,8 por ciento en autovías. En este sentido, también se les preguntó la posibilidad de reducir esta velocidad a 110 km/h por climatología adversa o por volumen de tráfico, una propuesta que aprobó el 57,8 por ciento de conductores, lo que refleja un alto grado de responsabilidad al adecuar velocidad a tráfico, estado de la vía y climatología.
¿Subirá la siniestralidad por subir la velocidad? Solo un 18 por ciento cree que podría aumentar los accidentes. Pero si se incentiva el uso de las vías de alta capacidad, por ejemplo, aumentando la velocidad, más conductores las utilizarán frente a las vías convencionales, lo que según la mitad de los conductores podría reducir los accidentes.